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Después de las muertes por sobredosis, San Bernardino considera poner fin a los festivales de música electrónica

Valerie Henry (izquierda), presidente de Devore Rural Protection Association, y Karen Slobom presionan para poner fin a los eventos de música electrónica en el San Manuel Amphitheater de Devore.

Valerie Henry (izquierda), presidente de Devore Rural Protection Association, y Karen Slobom presionan para poner fin a los eventos de música electrónica en el San Manuel Amphitheater de Devore.

(Luis Sinco/Los Angeles Times)

Luego de las muertes por sobredosis de dos asistentes, los festivales de música electrónica fueron suspendidos en el Los Angeles Memorial Coliseum, el recién cerrado Sports Arena y el recinto ferial del condado. Ahora, se espera que el condado de San Bernardino considere poner fin a dos de las raves más grandes de California, previstas en el San Manuel Amphitheater, en Devore, una comunidad rural del norte del condado.

Dos personas murieron de sobredosis desde que comenzaron las fiestas de música electrónica llamadas ‘Beyond Wonderland’ y ‘Nocturnal Wonderland’ -eventos de varios días de duración- en el anfiteatro del condado, hace más de tres años. En marzo pasado, cerca de 250 personas fueron arrestadas en ‘Beyond Wonderland’ por delitos como intoxicación pública, violación de la propiedad y posesión de ecstasy para su venta. Además, 20 personas fueron trasladadas a hospitales locales.

Los residentes de la pequeña comunidad circundante de viviendas rurales, donde muchas personas crían caballos y otros animales, afirman estar hartos del tema. Karan Slobom, quien vive en Devore hace más de 40 años, se mostró enojada ante la continuidad de estos festivales, aun después de las muertes de los jóvenes.

En septiembre de 2013, Arrel Cochon, de 22 años de edad, murió de una sobredosis de ecstasy y metanfetaminas, luego de colapsar en ‘Nocturnal Wonderland’. En marzo de 2015, el estudiante de UC Irvine John Hoang Dinh Vo, también de 22 años, falleció tras derrumbarse en ‘Beyond Wonderland’. Posteriormente se determinó que había recibido una sobredosis de ecstasy.

“Creo que las muertes de la gente son un tema importante”, afirmó Slobom. “Estos jóvenes tenían una mamá y un papá… No sabían lo que estaban haciendo”.

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Estos eventos también modifican la vida de los residentes, señaló Slobom. La música está a un volumen tan alto que resuena en las ventanas de los hogares a más de una milla de distancia y perturba a los animales. Los asistentes a las fiestas, además, a menudo orinan y defecan en propiedades privadas, afirman los vecinos.

Valerie Henry, presidente de la Devore rural Protection Association, expresó que las raves difieren mucho de otros eventos que se realizan en ese sitio al aire libre. “La mayoría de los otros conciertos que se realizan aquí son ruidosos, sí, pero no invasivos. En cambio, estas raves uno puede sentirlas en los huesos”, dijo.

Ambas mujeres señalaron que el Hard Summer Music Festival, organizado por Live Nation Entertainment en el predio de Los Ángeles Fair, se trasladará este verano al Auto Club Speedway en Fontana, luego de las muertes de dos asistentes y la hospitalización de decenas de personas, ocurridas el año pasado en Pomona. “Las autoridades de Fontana deberían preguntarse: ‘¿Por qué Pomona no quiere [estos eventos] y L.A. tampoco?’”, cuestionó Slobom.

Desde el otro punto de vista, los fans de estos espectáculos afirman que se sienten expulsados del sur de California. “Cada vez hay menos sitios que aceptan o desean albergar eventos de gran escala como estos”, señaló Greg Wasik, editor de EDM Life, un sitio web de noticias vinculadas con la música electrónica. Para él, los festivales son un ámbito donde “todo el mundo es aceptado y está feliz”. Aunque algunos consideran que el uso de drogas es parte de la experiencia, Wasik asegura que se trata de un pequeño porcentaje de los asistentes. “Si hubiera una forma de prevenir el uso de ecstasy en estos eventos, estoy seguro de que igualmente mucha gente asistiría y estaría feliz. No se necesita tomar una píldora para pasarla bien en estos espectáculos”, afirmó.

Los festivales en el San Manuel Amphitheater son producidos por Insomniac Events, una división de Live Nation Entertainment, quien arrienda la instalación al condado. Insomniac no respondió los pedidos de comentarios por parte de este medio. Melissa Zukerman, vocera de Live Nation, prefirió no efectuar declaraciones.

El vocero del condado, David Wert, señaló que Live Nation había trabajado con el Departamento del Sheriff para desarrollar medidas de seguridad para estos eventos, entre ellas el pedido de identificaciones, aumento de patrullaje, implementación de oficiales encubiertos y los llamados “contenedores de rescate” en las entradas, que permiten que los asistentes puedan desechar sustancias prohibidas antes de su ingreso.

La supervisora Janice Rutherford, quien representa a varias comunidades que rodean el anfiteatro, afirmó que decidió pedir a sus colegas que revisen el contrato del condado con Live Nation, luego de recibir numerosas quejas acerca de los festivales. “Los residentes de Devore, Devore Heights y Crestline están abrumados por los ruidos hasta altas horas de la madrugada… Esto va en contra de su calidad de vida”, expresó.

Rutherford planea pedir a la junta que considere revertir una disposición del contrato que permitía la realización de cuatro festivales de música electrónica por año en el anfiteatro, hasta las 2 a.m. -tres horas después de lo permitido para otros conciertos-.

El contrato permite que el condado ponga fin a los eventos si estos se convierten en “un peligro para la seguridad, debido a conductas ilegales o indeseables… o en el caso de quejas de los vecinos acerca de ruidos u otras molestias”.

Los festivales comenzaron a realizarse en este anfiteatro en 2013, luego de que se registraran quejas por ruidos y uso de drogas en otros eventos de Insomniac albergados en el National Orange Show Events Center en San Bernardino, que elevaron las tensiones entre la policía y los vecinos.

Después de que el condado aprobara las raves, la supervisora Josie Gonzalez, quien representa el área donde se encuentra el anfiteatro, aseguró a The Times que las autoridades estaban seguras de que podían realizarse los conciertos de forma segura. De no ser así, adelantó, ella misma urgiría a sus colegas a prohibir futuros espectáculos.

El viernes pasado, Gonzalez afirmó en un comunicado que había recibido muy pocas quejas. No obstante, prefirió no hacer comentarios específicos acerca de la propuesta de Rutherford puesto que ésta aún no fue presentada a la junta, pero señaló que el gran número de arrestos en las raves se puede atribuir a “un esfuerzo exitoso para impedir que ingresen drogas y haya otros problemas en el espectáculo”.

Los acontecimientos se han gestionado bien, afirmó. “Es muy triste cuando se pierde una vida joven, pero no hay ninguna conexión entre la decisión trágica y personal de abusar de las drogas y lo bien que puede manejarse un evento”, señaló.

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